Yo no recordaba ya
cuando fue la última vez
que se hizo.
Meses, años, mil quizá,
pero esta testarudez
riza el rizo.
De lo que se presentó
nada tengo que decir:
poco y vano.
Si acaso se destacó
por su fácil discurrir
italiano
quien nos presentó Ardeeme
con su retórica fácil,
castellana.
Incluso Fidel se teme
que lo sustituya grácil
en La Habana.
Y terminamos bebiendo
unas botellas de cava
del barato.
Mientras fuimos despidiendo
al jefe que se piraba
cual lebrato.
viernes, 5 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario