Discurso de aceptación de don Antonio Mollinedo de las Heras a su nombramiento como Doctorado Honoris Causa por la Academia Riman
¡Albricias!, ¡Enhorabuenas!
Por fin el señor don Antonio Mollinedo ha cumplimentado el último trámite para su ingreso en la sin igual Academia Riman. Los allí presentes quedaron, a partes iguales, emocionados y perplejos por el discurso presentado, que a continuación transcribimos con total fidelidad.
Por fin el señor don Antonio Mollinedo ha cumplimentado el último trámite para su ingreso en la sin igual Academia Riman. Los allí presentes quedaron, a partes iguales, emocionados y perplejos por el discurso presentado, que a continuación transcribimos con total fidelidad.
ÓH-norables miembros:
No hay palabras. No las encuentro para agradecer tan distinguido óh-nor, en el perínclito marco de “La Parra”, celador de nuestro heróico ateneo etílico-cultural y conducido por Luis, egregio y sabio chef, que nos complace los sentidos (algunos), mientras asiente suavemente, corroborando nuestros ardientes quebraderos de cabeza.
La afamada Academia Riman (no confundir con otro situada en la calle Hermosilla, ya que esa es de idiomas y la nuestra de axiomas) y a la que no es necesario cubrir de superlativos, acumula una ya larga tradición, pero también el arduo deber de contribuir a propagar la banalidad del bien y de la verdad, todo lo cual me embraga de plenitud, máxime al ser yo su primer galardonado (debido esto sin duda a que aún no se me conoce bien).
Sólo añadir que este título me ha dejado ofuscado y atoníto, pero de ninguna manera imperterríto.
De pocas cosas en la vida estoy orgulloso yo, un anodino vecino de una mediocre ciudad: de mi biblioteca, de haber nadado por algunos ríos míticos e incluso de haberme bañado en el desierto. Y ahora, añado a todo ello un acreditado “patriciado”. Una vez más, enmudezco.
No quisiera terminar sin presentar humildemente en tan noble salón, una ecuación que recoge mis últimas investigaciones y que podría servir cual elixir para consuelo a tantas preguntas sin respuestas. Adelanto que la susodicha no es diferencial, pero si no lineal y por lo tanto pudiera conducir al caos determinista.
A·B2·C·D=VIDA
siendo: A, aprender; B, beber; C, comer; D, discutir. Y VIDA pues es A+B+C+D+F+ ….
Pero para todo ello, eso si, vamos pertrechados con una “arma de construcción masiva”: el Humor.
Acabo ya
Plenum materia ubi materia vincitur ipsa sua
(de traducción libre)
Distinguidos Áh-cademicos
für "Die Annalen der Physik" bitte
Excelentísimos e ilustrísimos señores, asistentes todos:
Es norma habitual en cualquier Academia que se precie (y esta no podía ser menos) que uno de sus honorables miembros tenga a bien contestar al sujeto que por primera vez ocupa su silla en ella.
La Academia Riman recibe con orgullo y regocijo al Doctor Antonio Mollinedo de las Heras, porque era su deseo que uno de los mas altos filósofos y científicos de nuestra época ocupase una de sus sillas.
En homenaje a nuestro Presidente Dr. Ing. Palomino Chichinabo le dedicamos estos versos:
¡Bienvenido Mollinedo!,
tu te hiciste de rogar
resististe con denuedo
tuviste que claudicar
¡Bienvenido, Mollinedo!
Démosle, pues, la más cordial bienvenida.