Brevísimo resumen

Parte 1: Conclusiones

La plaza de profesor
es para los viejos chochos,
y para los espilochos
es la de investigador.

Y como supervisor
el que más sabe de ciencia,
el sheriff y su ocurrencia:
No se puede hacer peor.

Y de todo, lo mejor,
que después de cuatro horas,
promesas abrumadoras:
lágrimas, sangre y sudor.

Parte 2: Momentos estelares

Que me conozco, ¡paradme!
¡Qué no respondo de mi!
¿A qué le llamo? ¡Qué sí!
Por vuestro bien...¡Sujetadme!

¡Traigo a Cayetano ya!
Mentira de gran tamaño,
porque llevamos un año
esperando y ná de ná.

J. A. Sánchez (y 2)

Ese bicho gigantesco
en el suelo de tu alcoba,
el que barres con la escoba,
el del aspecto grotesco,
el que recuerdas después.

Tiene nombre de marqués.
Como nos dijo la Lipka,
Juan Alberto Sánchez es.

Apareciste en Valencia
cual salido del averno
y dejas recuerdo eterno
en el mundo de la ciencia...
al menos, de más de un mes.

Tiene nombre de marqués.
Como nos dijo la Lipka,
Juan Alberto Sánchez es.

Tienes primos por doquier:
negros, rojos, voladores,
planos, sobrecogedores,
tan feos como Lucifer,
el que mira del revés.

Tiene nombre de marqués.
Como nos dijo la Lipka,
Juan Alberto Sánchez es.

Recordemos todos juntos
a este ilustre personaje
y rindámosle homenaje
como se hace a los difuntos
aunque tuviera seis pies.

Tiene nombre de marqués.
Como nos dijo la Lipka,
Juan Alberto Sánchez es.

Elegía en forma de soneto

Según ha llegado a mis oídos, el personaje más importante presente en la conferencia internacional ICHEP 2014, celebrada en julio en la ciudad de Valencia, no apareció en los medios de comunicación. Esto se escribió en su memoria:

Con esa aparición impresionante,
el horizonte nos dejaste abierto
y con un duro ataque experto
la Lipka, como caballero andante

te dejó en el suelo triste y muerto.
Saliste del hotel pies por delante,
tu papel fue muy breve mas picante.
Por eso no olvidamos, Juan Alberto.

Quedará para siempre recordada
tu mítica presencia silenciosa,
escrita en una página dorada:
Las actas de esta actuación famosa
donde dejaste eterna y tan marcada
tu apariencia sublime y asquerosa.